Los que han estudiado ruso con nosotros o han asistido a la primera clase de orientación saben que nuestro sistema de enseñanza de la lengua rusa difiere del sistema escolar clásico en muchos aspectos, y también difiere de los utilizados en otros cursos de ruso en la mayoría de los casos. No creo que sea un secreto que nos centramos en la práctica, dedicándole el 80% del tiempo de clase. Entrenamos absolutamente todo: nuevas listas de palabras, nuevas estructuras gramaticales y frases sueltas que a menudo son difíciles de entender o aplicar en la práctica. Pero tampoco olvidamos lo antiguo. Especialmente cuando el nuevo material se impone a la gramática rusa que ya has aprendido, simplemente es necesario repasar el “viejo” material una vez más, compararlo con los nuevos datos, consolidarlo en la memoria y llevarlo a la automaticidad total, cuando el propio idioma construye la estructura correcta antes de que pienses en “cómo debe decirse”.
Utilizamos estos ejercicios en nuestras clases de ruso, y funcionan al 100%. Es imposible sobrestimar su eficacia.
La esencia del ejercicio es ensayar el material que ya has aprendido: una u otra gramática. Los alumnos se limitan a decir las frases escritas una y otra vez. Y hacerlo hasta que suenen en ruso como se habla en español. Es decir, con confianza, sin problemas, sin detenerse, sin mugir, sin asomarse, etc. El ejercicio no es nada elaborado, ¡pero los beneficios son enormes! A veces, haciendo este ejercicio incluso en los temas más sencillos y de larga duración que se han tratado durante mucho tiempo, se pueden obtener grandes beneficios. De repente, alguien ve que está cometiendo el mismo error y lo corrige. Alguien está ganando fluidez, pronunciando las frases un orden de magnitud más bonito que antes. Por fin alguien puede separarse de su cuaderno y pronunciar una frase, mirando a los ojos de su compañero. Pues bien, después nadie tiene que pensar en cómo hacer correctamente una estructura en un diálogo en directo: sale automáticamente. ¿No es genial?
Seguramente te estarás preguntando cuál es el secreto aquí. Pero en realidad no hay ningún secreto especial aquí. Ni siquiera así, la verdad es simple, antigua y bien conocida por todos hace tiempo. ¡¡¡Hay que practicar!!! Para aprender a hacer algo, hay que empezar a hacerlo. Sólo tienes que probarlo: una, dos, tres veces. Para empezar a hacerlo mejor, hay que repetirlo otras 10-20-30… veces. Para hacerlo perfectamente, no dejes de intentarlo. Nadie ha aprendido todavía a montar una tienda de campaña leyendo las instrucciones de montaje. Si quieres tener éxito, hazlo.
Eso es lo que hacemos en las clases: hacemos que la gente practique y pronuncie cada vez mejor las palabras y las frases en ruso. ¡Esa es la magia! Sigamos trabajando 🙂 ¡Y tú sigue adelante!